lunes, 9 de noviembre de 2015

MENSAJE AL PUEBLO DE DIOS DE LOS PARTICIPANTES DE LA ASAMBLEA NACIONAL DE PASTORAL



 “Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo y serán mis testigos” Hch 1,8

Queridos hermanos y hermanas:

Entre el 6 y el ocho de Noviembre, convocados por la Conferencia Episcopal Venezolana y agradecidos por la fraterna hospitalidad de la Universidad Católica “Andrés Bello”, nos hemos reunido en Caracas, laicos, consagrados, diáconos, presbíteros y obispos de todas las circunscripciones de Venezuela y representantes de diversas instituciones y organizaciones eclesiales, para celebrar la Asamblea Nacional de Pastoral. ¡Qué bueno y reconfortante es para los hermanos reunirse en el amor! (Sal 133,1)

Esta Asamblea se realiza a diez años de la culminación de los trabajos del Concilio Plenario ese gran acontecimiento eclesial, manifestación viva del Espíritu de Dios y expresión palpable de la unidad de la Iglesia en Venezuela, quien en su documento “Instancias de comunión del Pueblo de Dios para la misión” (ICM 216), estableció realizar asambleas periódicas a fin de evaluar e impulsar la puesta en práctica del Concilio. Nuestra Asamblea fue precedida por un proceso de reflexión y participación eclesial vivido en asambleas parroquiales, diocesanas y provinciales.

En estos días, a través de la oración, la reflexión y el compartir fraternos hemos profundizado en la experiencia de “caminar juntos” como Pueblo de Dios. A través de esta experiencia hemos crecido en la comprensión y vivencia de la Comunión, línea teológico-pastoral del Concilio que da sentido de unidad y es criterio de valoración de las orientaciones de los 16 documentos del Concilio Plenario, los cuales contienen el gran proyecto pastoral de nuestra Iglesia en línea con  la “nueva evangelización”.

En nuestros trabajo hemos abordado cuatro grandes dimensiones de la Evangelización que deben impregnar toda acción de la Iglesia: el Anuncio, que hace presente ante nosotros, una vez más, la invitación a ser una Iglesia en estado permanente de misión; la Comunión, que nos pide un cambio de mentalidad para vivir una espiritualidad y una eclesiología de comunión, en la diversidad y en la colaboración de todos los carismas, ministerios y servicios; el Servicio, que es uno de los elementos constitutivos de la Iglesia, y nos recuerda que el Evangelio tiene una repercusión social y comunitaria;  la Formación, a la que somos llamados todos los bautizados como discípulos misioneros en la escuela de Jesús que, con su pedagogía, nos va capacitando para la comunión y la misión.

Al plantear propuestas de acción pastoral hemos tenido muy cerca de nuestros afectos, pensamientos y oraciones, la vida, las esperanzas y angustias del pueblo venezolano, que son también las nuestras como Iglesia. Vivimos en medio de una realidad dolorosa, caracterizada por la fragmentación, la violencia y una profunda crisis moral y económica. Queremos convocar a todos los venezolanos a trabajar por la reconciliación del país. Como dice el lema de la Asamblea, estamos seguros que Renovando la misión de la Iglesia en Venezuela, contribuimos a que nuestro pueblo se encuentre con Jesucristo y creyendo en él, tenga vida abundante (Cf. Jn 20,31).

Entregamos las conclusiones de nuestro trabajo a los diversos organismos de la Conferencia Episcopal para que oportunamente las den a conocer al conjunto de la Iglesia en Venezuela, a través de los medios más adecuados. Esta Asamblea nos es solo el punto de llegada de un camino de reflexión, sino el punto de partida para un renovado esfuerzo de puesta en práctica de las orientaciones del Concilio.

Hemos sentido muy cerca de nosotros la maternal protección de la Santísima Virgen María, quien en su advocación de Coromoto nos une a todos los venezolanos.

Con nuestro saludo fraternal

Los participantes de la Asamblea Nacional de Pastoral

Caracas, 8 de Noviembre de 2015

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